Debido al constante incremento de la esperanza de vida, la prevalencia de la artrosis va en aumento, siendo una enfermedad crónica muy común en la población mayor de 65 años.
Su tratamiento debe estar individualizado en función de la sintomatología que presenta el paciente, actuando sobre los factores de riesgo modificables y sobre las articulaciones en las que el dolor y la pérdida de funcionalidad hayan hecho aparición.
Se sabe que la obesidad es un factor predisponente para padecer artrosis por un aumento de la mecánica de carga en las articulaciones. El dolor es siempre subjetivo y está bajo la influencia de los trastornos del ánimo.
Artículo del Dr. René de Lamar para Canarias 7 Salud.